Desde hace tiempo, vengo poniendo de manifiesto la importancia de la transformación digital en las diferentes organizaciones habida cuenta de la pérdida de competitividad que supondría no tener los sistemas organizativos dispuestos para los tiempos actuales.
Previo a la pandemia propiciada por el surgimiento de una nueva cepa de coronavirus, la COVID-19, los sistemas enfocados en la transformación digital contemplaban diferentes ópticas como la de el cliente, los procesos, la tecnología, la innovación o las personas. De hecho, la formación actual, observa los citados pilares como principales.
¿En qué avanzarán estas verticales tratadas dentro de la transformación digital y las organizaciones actuales?
El escenario de post-pandemia nos está haciendo reflexionar y avanzar lo más rápido posible porque ya no se tratará únicamente de ser más competitivos, si no de sobrevivir.
En este sentido, el cliente y, concretamente, el acercamiento al mismo a través del marketing digital se enfocará desde una respuesta más rápida a las inquietudes que puedan surgir puesto que el cliente observará, en mayor medida, la organización desde el plano digital. La innovación será contemplada como un activo más operativo de la empresa, no pudiéndonos permitir el lujo de plantearla únicamente como estratégica. La disrupción de la tecnología y los procesos se contemplarán como algo cotidiano, puesto que el acomplamiento de las necesidades de la sociedad no dará pie a que no se realice de manera digital, obteniendo esta información a diario. Por último, las personas, el activo más importante de la organización, se han de adaptar al teletrabajo en la medida de lo posible, sin que este acomplamiento sea contrario al desarrollo de metodologías ágiles y sin perder el sentido de pertenencia al grupo y lo que es más importante, sin perder el necesario planteamiento de responsabilidad.