Continuando con los tipos de inversión, tenemos la inversión financiera que supone la adquisición de activos, o dicho de otro modo, la colocación de recursos en el mercado financiero – en forma de acciones, obligaciones, cuentas financieras, etc…
- Inversiones financieras propiamente dichas, son aquellas cuya finalidad es la adquisición de activos financieros (bonos, pagarés, acciones…), generalmente están condicionadas por la necesidad de invertir un exceso de liquidez o cash-flow reflejo de un bondadoso beneficio en la cuenta de resultados de la empresa.
- Inversiones de control, son las que se realizan con el ánimos de controlar una empresa o varias empresas (compra de acciones de las mismas, para controlar un determinado mercado, un precio de producto,…).
- Inversiones estratégicas, son las que persiguen el reafirmar a la empresa en el mercado cubriendo a la misma de los riesgos potenciales que pudieran poner en peligro su permanencia en el mismo. Por ejemplo, la adquisición de empresas entra dentro de esta categoría, la diferencia con las del anterior apartado es a veces meramente semántica.
Esta diferenciación entre inversiones productivas e inversiones financieras no es excluyente, es decir, si bien algunas inversiones productivas no son financieras (la adquisición del vehículo anteriormente citado no sería en ningún caso una inversión financiera) y al contrario (la adquisición de acciones, bonos u obligaciones en el mercado secundario o de negociación, por ejemplo), también las hay que quedarían enmarcadas bajo los dos epígrafes anteriores (la suscripción de acciones en una ampliación de capital, por ejemplo, puesto que está proporcionado liquidez a la empresa para que ésta pueda adquirir bienes o servicios productivos).
Sea como fuere, también cabrían otras posibles clasificaciones de las inversiones con base en el plazo, la finalidad perseguida, etc. Pero, en todo caso, no dejan de ser inversiones, y su sistema de análisis es siempre el mismo aunque – en ciertas ocasiones sea más complejo de lo normal, como suele suceder en las inversiones realizadas por las empresas públicas, cuyo fin es la mejora de la calidad de vida de la comunidad, lo cual es algo difícil de cuantificar.