La investigación científica es un proceso concreto que busca dar soluciones a problemas que van desde lo cotidiano hasta alcanzar el plano científico, es por ello que la universalidad y la objetividad debe ser su mayor prioridad. No es nada extraño que el investigador a menudo pueda encontrarse con momentos de incertidumbre donde depende en gran medida del azar para lo que necesitará recurrir a métodos estadísticos, para lo que la estadística se hace indispensable.
¿Qué es la estadística?
Aunque en la actualidad no existe un criterio unificado para definirla, en principio la estadística parte del método científico y es una rama de la matemática que tiene como objetivo el recuento, la ordenación, la clasificación y el análisis de datos que se obtienen previamente a través de la observación directa, encuestas, estudios de medidas, etcétera, proporcionándonos información sobre el mundo que nos rodea a partir de un conjunto de números.
Su utilidad radica en que nos permite hacer comparaciones u obtener conclusiones que luego nos permitirán desarrollar distintas hipótesis que de una manera u otra el investigador buscará demostrar. La realidad es que la estadística está presente en nuestra vida cotidiana ya sea que seamos cocientes de ello o no, por ejemplo cuando alguien planifica sus gastos en función de sus ingresos, o cuando calculamos el tiempo que demoramos en llegar de un punto a otro, o cuando intentas calcular cuanta comida necesitas comprar para una merienda y así hay muchos otros ejemplos.
Si bien es cierto que la estadística está presente en casi todos los aspectos de nuestro día a día, también es cierto que para determinados conocimientos (determinadas investigaciones) precisamos de la inclusión de técnicas un tanto más complejas y rigurosas para que el resultado sea fiable. No es lo mismo saber cuánto consume un coche a intentar predecir la evolución económica de un país, ni es lo mismo calcular el gasto semanal de una familia española a predecir la tendencia en la intención de votos de los ciudadanos españoles.
Gracias a la estadística podemos manejar la información (datos), clasificarla y como resultado entender un fenómeno que nos permita llegar a conclusiones y hacer previsiones basados en la información obtenida.