Como ya hemos visto, toda inversión lleva asociada unos flujos de cobros y pagos, de tal modo que ésta interesará realizarla siempre que, en términos absolutos, los primeros superen a los segundos. Pero también toda inversión lleva asociada unos flujos de ingresos, provenientes de las ventas que se realizan, y de gastos como consecuencia de estas ventas. Aquí es donde entran los términos cash flow teórico y cash flow real.
En este punto es en el que el analista se plantea que tipo de flujos debemos utilizar, ya que disponemos de dos tipos de cash flow, un cash flow teórico que es el que proviene de la cuenta de resultados de la empresa, es decir del beneficio + amortizaciones, luego:
CASH FLOW (TEÓRICO) = BENEFICIO NETO + AMORTIZACIONES
(las amortizaciones como muy bien conoce el lector es un gasto no un pago, ya que este se realizó o no en su caso en el momento de adquirir el activo en cuestión), y otro cash flow real, por decirlo de alguna manera, es el aquel del que dispone realmente la empresa y que obviamente coincide con su cuenta de tesorería, es decir cobros – pagos, luego:
CASH FLOW (REAL) = COBROS – PAGOS
Es evidente que tanto un cash flow como otro esta referido a la empresa globalmente, por tanto serán válidos cuando lo que estemos analizando sea el proyecto global de una empresa como ente único. En el caso que la inversión sea una parte de esta, (es decir compra de una máquina, elemento de transporte,…), deberemos realizar el cash flow de la inversión, para lo que tendremos que calcular la cuenta de resultados o la cuenta de tesorería (según sea el caso), del proyecto de inversión propiamente dicho.
La razón por la que la generalmente se utiliza cash flow real, flujos de caja o flujos de liquidez (cobros menos pagos) en lugar de cash flow teórico o flujos de renta (ingresos menos gastos)está en que al ser necesario en algunos métodos el análisis que mas adelante desarrollaremos, actualizar el valor de dichas cantidades, producidas en diferentes momentos futuros en el tiempo, éstas deberán reflejar cantidades liquidas. Además, se verá mas adelante que las cantidades generadas por la inversión, según el caso, o son reinvertidas ( ya que este es el criterio de los métodos matemáticos que desarrollaremos) o distribuidas en forma de dividendos, lo que obligaría a disponer del flujo de renta (recuérdese, por ejemplo, que las amortizaciones son gastos pero no pagos, o que en el momento de vender un producto se produce un ingreso pero no necesariamente un cobro, que podría suceder varios meses más tarde, etc). Así pues, este es el motivo fundamental por el que en el análisis de inversiones se trabaje con dinero liquido, esto es con cash flow real o flujos de caja (el flujo de dinero que entra – cobros – y sale – pagos – de la «caja» de la empresa).
Pero el lector más adelante se planteará que cuál es la diferencia en el resultado de nuestros análisis de trabajo con uno u otro tipos de flujos cuando los criterios utilizados son aproximativos, por lo que es indiferente cuando se producen estos flujos en el tiempo. ¿Qué tipo de cash flow utilizaremos por tanto?
En principio podemos decir que siempre que se pueda se deberá utilizar cash flow real o flujo de caja, pero es cierto que muchas veces por la duración del proyecto o por la indosincrasia del mismo esto no será fácil.
Cuando el proyecto de inversión que analicemos sea un proyecto global, (por ejemplo una empresa, una planta de producción de cemento,…) utilizaremos cash flow teórico, ya que la política de cobros y pagos de la empresa a veces es desconocida o muy variable e impredecible, aparte que cuando se van a manejar macrocifras (y como sabe el lector el papel lo aguanta todo), lo importante es evaluar la viabilidad y rentabilidad global del proyecto, por tanto será fácil calcular dicho cash flow a partir de las cuentas de resultados previsionales que se habrán realizado de la empresa. También utilizaremos este tipo de cash flow para proyectos más pequeños o puntuales (implantación de una nueva área dentro de la empresa, fabricación o distribución de un nuevo producto,…), cuando la política de cobros y pagos sea favorable y sus plazos estén dentro del ejercicio aproximadamente, sin más que calcular el cash flow teórico realizando las «cuentas de resultados» previsionales para esa área, máquina, …, como ya veremos más adelante.
Para proyectos más concretos, puntuales,… en lo que se conocen perfectamente los flujos de tesorería de ellos, y en los proyectos globales en que se puedan evaluar correctamente, y más generalizado, en cualquier proyecto que se pueda evaluar correctamente los flujos de cobros y pagos utilizaremos el cash flow real o flujo de caja del mismo.